
La estructura del amurallado era rectangular, que aún hoy día se conserva.
En sus inicios es una construcción romana del siglo I d. C. De esta época se conservan tramos con sillares de granito, así como la puerta sur o del Rio, conocida actualmente como Arco del Cristo.
Fue reforzada por los almohades en el s. XII, destacando la sucesión de torres albarranas hechas de adobe, sobre sillares de granito originarios de la muralla romana. Hoy día aún pueden verse muchas de estas defensas.
De las otras tres entradas romanas de este extensísimo perímetro, dos desaparecieron, la Puerta de Coria y Puerta de Mérida, y la otra se transformó en el Arco de la Estrella. Al mismo tiempo, se fueron abriendo otros accesos, como el Postigo de Santa Ana.
La muralla guarda su estructura rectangular atravesada por las dos grandes vías – Cardo y Decumano – adaptadas a la orografía del terreno. La confluencia de ambas, el foro romano, estaba en la actual Plaza de Santa María.
Recomendaciones: Se pueden visitar la Torre de Bujaco y la Torre de los Púlpitos unidas por un tramo de muralla sobre el Arco de la Estrella.